El silencio es un cuerpo que cae de Agustina Comedi

El silencio es un cuerpo que cae (2017) es la ópera prima de la directora argentina Agustina Comedi, un documental sobre la vida de su padre, Jaime, y su historia familiar. La película está disponible para mirar de forma gratuita en la plataforma CINE.AR, sólo hace falta registrarse con un usuario.

El silencio es un cuerpo que cae es una exploración de la vida de Jaime, armada con fragmentos de más de cien horas de videos grabados por él con su vieja Panasonic y entrevistas a sus amigos y conocidos. Tras la muerte de su padre en un accidente de auto en 1999, cuando ella tenía doce años, Agustina descubrió que antes de casarse a los cuarenta y convertirse en papá, Jaime había vivido como homosexual, militando durante la dictadura y viajando por el mundo con amigos y amantes. Su familia nunca supo nada sobre esto, sobre esta vida pasada que permaneció como un secreto durante décadas. La película tiene ciertas similitudes con Stories We Tell (2012), dirigida por Sarah Polley, uno de mis documentales favoritos. Polley explora la vida de su madre fallecida y de su familia luego de descubrir que el padre que la crió no era realmente su padre biológico. Si bien hay claras diferencias entre ambas historias, en los dos casos se trata de dos hijas tratando de reconstruir la identidad de uno de sus progenitores para hacer desaparecer los secretos y terminar con los silencios, que tanto pesan. Un día, un amigo de Jaime le dijo a Agustina: "Cuando vos naciste, una parte de tu papá murió"; es a partir de esa frase que la directora comienza a indagar de a poco, a investigar quién había sido su padre más allá de lo que ella ya conocía, cuál era aquella parte que supuestamente había sacrificado.

Gracias a los testimonios de viejos amigos, Agustina se entera de que Jaime había vivido durante muchos años como un hombre homosexual, que había sido militante de su comunidad y que había estado once años en pareja con otro hombre, que luego pasó a ser su mejor amigo. A partir de esto, se da una conversación sumamente interesante sobre el contexto en el que había vivido su padre, el de haber sido gay durante la última dictadura militar y el verdadero peligro que ello significaba, sobre todo cuando también se era activista por causas sociales; era como tener dibujado un blanco en la frente. Aparece el tema del miedo: el miedo ante la persecución por la identidad de género y la sexualidad, el miedo ante el prejuicio del otro y su violencia; el miedo que surge al no saber si se está eligiendo bien y cómo estos miedos nos llevan a hacer lo que consideramos necesario para sobrevivir.

En la sociedad profundamenta patriarcal en la que vivimos, siempre se presenta a la heteronorma, el matrimonio y la familia tradicionales, como el ideal de la felicidad, una felicidad para la que cada hombre y mujer debe ocupar los roles asignados, lo que se espera de ellos. Todo lo que se corra de la norma, como ser gay, trans, lesbiana, está mal visto, inclusive era algo rechazado por los movimientos autoproclamados revolucionarios de los 70. Hubo y hay una censura del deseo y de la libertad cuando se trata de nuestros cuerpos. Jaime sentía muchas ganas de tener hijos y seguramente terminó eligiendo el matrimonio y la familia tradicionales, aquello que pensó era lo correcto, "elegir bien" en una sociedad que, a veces, no parece ofrecer muchas opciones. Jaime, el abogado importante y exitoso, con su esposa y su hija, un hombre común. Un hombre feliz.

Agustina analiza cada imagen del centenar de horas y horas de video que su padre grabó durante años, las analiza con una mirada crítica, teniendo en cuenta la información que ahora conoce. Observa las cosas en las que Jaime fijaba su atención: la belleza del cuerpo desnudo del David, un león enjaulado entre una multitud, actos escolares y reuniones familiares. Ella se pregunta qué habrá sentido su padre en esos momentos y en tantos otros, busca sus huellas y sus mensajes subliminales, implícitos, alguna palabra. Pero nunca lo juzga, simplemente se pregunta.

La película también se pregunta por el silencio y los secretos, el peso inimaginable que pueden tener sobre la vida de una persona. El silencio muchas veces engendra dolor, cosas que quedaron sin ser dichas, acentúa las ausencias: la ausencia del propio Jaime, la ausencia de su novio y mejor amigo, Néstor, que falleció por causas relacionadas al sida. Cuando los secretos salen a la luz, es entonces cuando se pueden explorar y reconstruir las identidades, la memoria, las historias; en el caso de Jaime, no es sólo una identidad y una historia personal, sino también claramente política y social, la identidad de ser un hombre gay dentro de una cultura que hasta el día de hoy sigue violentando a toda la comunidad LGBTQ+. Por eso, la obra de Agustina Comedi no es únicamente un documento íntimo, sino además colectivo, porque captura una parte de la historia de una comunidad, de un país y de una cultura.

Al final del documental, la directora le pregunta a su hijo pequeño qué es para él la libertad, a lo que el niño responde: "Libre significa no tener que estar en una jaula". Creo que todos, en mayor o menor medida, muchas veces terminamos en jaulas de todo tipo, las que crean otros y también las que creamos nosotros mismos. Si bien Jaime ya no camina este mundo, él finalmente pudo ser libre, en la voz de sus amigos, y en la voz y la mirada de su hija, ante todos los espectadores que tengan la suerte de poder ver esta hermosa obra.

Agustina Comedi, CRFIC


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