mis películas favoritas de 1976


Taxi Driver 
Director: Martin Scorsese
Guión: Paul Schrader
Actores: Robert De Niro, Jodie Foster, Harvey Keitel, Cybill Shepherd, Peter Boyle
Cinematografía: Michael Chapman

Travis Bickle (Robert De Niro) es un soldado recién llegado de Vietnam que tiene problemas para dormir y decide conseguir trabajo como taxista durante las noches. Travis se siente cada vez más repugnado por la "basura" que abunda en las calles de Nueva York (según él, las prostitutas, los proxenetas, drogadictos y gays) y decide ser el hombre que se ocupe de limpiar la ciudad. Esta fantasía distorsionada de querer ser un héroe se intensifica cuando Travis conoce a Iris (Jodie Foster), una prostituta adolescente a la que quiere salvar, tomando justicia a mano propia. 

Taxi Driver, dirigida por un joven Martin Scorsese, es una de mis películas favoritas y fue la que me abrió los ojos a ciertos aspectos técnicos del cine, como la cinematografía, la ambientación, la música o banda sonora y los distintos ángulos tomados por las cámaras. Es una película violenta, aunque creo que hoy en día no tanto como en la época de su estreno, pero aún así se puede apreciar la belleza de algunas escenas gracias a la espectacular cinematografía de Michael Chapman (Raging Bull, Hardcore, The Last Detail, Invasion of the Body Snatchers), acompañada por las hermosas composiciones del legendario Bernard Herrmann, frecuente colaborador de Hitchcock. El perturbador guión fue escrito por Paul Schrader, quien luego dirigiría sus propias películas, mientras pasaba por un momento difícil. Schrader opina que la historia trata sobre "la patología de la soledad", refiriéndose a que a veces, inconscientemente, los seres humanos nos distanciamos de otras personas para mantenernos aislados, a pesar de que la causa principal de nuestro tormento sea ese mismo aislamiento.

La reputación de Robert De Niro como un actor extremadamente metódico ya es más que conocida. Para preparar su personaje y perfeccionar su interpretación, De Niro trabajó como taxista todos los días durante un mes y estudió distintos tipos de trastornos mentales para ir metiéndose dentro de la cabeza de Travis. Jodie Foster, con tan sólo doce años y recién salida de Disney, interpreta a Iris con madurez y mucha actitud. La actriz contó que se reunía a diario con De Niro y ensayaban los diálogos una y otra vez, hasta aprendérselos a la perfección para poder improvisar. Otro que se destaca es Harvey Keitel, que no aparece mucho tiempo en pantalla pero aprovecha esos minutos al máximo, interpretando al desagradable proxeneta que controla a Iris. De Niro logra capturar la soledad de Travis y la evidente separación que existe entre él y la sociedad y sus normas, por ejemplo, durante la escena en la que el taxista tiene la intención de llevar a Betsy (Cybill Shepherd) al cine como cualquier otra pareja. Travis vive en su propio mundo, siguiendo sus propias normas, genuinamente creyendo que va a convertirse en el justiciero de la ciudad o el héroe de Iris. En mi opinión, creo que el final de la película, en el que Travis es glorificado por los medios de comunicación, es más escalofriante que cualquiera de los momentos sangrientos, es como si su fantasía finalmente se hubiera hecho realidad.











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All the President's Men
Director: Alan J. Pakula
Guión: William Goldman, basado en el libro de Carl Bernstein y Bob Woodward
Actores: Robert Redford, Dustin Hoffman, Jason Robards, Jack Warden, Hal Holbrook, Ned Beatty
Cinematografía: Gordon Willis

Los periodistas Carl Bernstein (Dustin Hoffman) y Bob Woodward (Robert Redford), del Washington Post, se unen para investigar y sacar a la luz, con ayuda de un informante, los secretos del escándalo de Watergate, que culminan con la renuncia del presidente Richard Nixon. 

La tercera y última película en la trilogía de thrillers paranoicos de Pakula, All the President's Men representa la sensación de desconfianza y desprotección que el pueblo norteamericano sentía por los políticos y el gobierno, y viceversa, durante la década de los setenta. Woodward y Bernstein eran dos periodistas jóvenes sin renombre que decidieron seguir su instintos cuando descubrieron que la entradera a la sede del comité del Partido Demócrata tenía conexiones con Nixon y sus colaboradores. Poco a poco, destaparon una de las conspiraciones más famosas de la historia.

Pakula es un experto a la hora de crear una atmósfera de suspenso y tensión, cautivando a la audiencia durante dos horas y media. El director logra mantener a los espectadores comiéndose las uñas hasta el final de la película porque nunca sabemos más que los protagonistas, nos vamos enterando de todo junto a ellos y nos emocionamos cada vez que encuentran un nuevo dato. Nos compenetramos con los periodistas y su desesperación por publicar lo que realmente ocurrió. De todos modos, Pakula no es el único que se merece el crédito, sino también el gran Gordon Willis, cinematógrafo que se encargó de las otras dos películas de la trilogía, Klute y The Parallax View. Willis contrasta las escenas iluminadas dentro de oficinas con escenas completamente oscuras, en las que pareciera que alguien se oculta entre las sombras, siempre observando. All the President's Men es muy realista, en especial gracias a las actuaciones de Robert Redford y Dustin Hoffman, quienes pasaron tiempo en las oficinas del Washington Post y con los verdaderos Woodward y Bernstein. Dejan de ser mega celebridades de Hollywood para convertirse en esos dos periodistas comunes y corrientes que lograron desenmascarar a los hombres más poderosos del país.

All the President's Men es sumamente cautivante, inclusive para aquellos que tal vez no estén interesados en la política. Me resulta increíble pensar que si no fuera por Woodward y Bernstein, o si no hubieran manejado su investigación con cuidado, nunca habría existido el escándalo de Watergate ni la renuncia de Nixon.







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Cría Cuervos
Director: Carlos Saura
Guión: Carlos Saura
Actores: Ana Torrent, Geraldine Chaplin, Mónica Randall, Héctor Alterio, Florinda Chico
Cinematografía: Teo Escamilla

Ana (Ana Torrent), Irene (Conchita Pérez) y Maite (Mayte Sanchez) son tres hermanas que han quedado huérfanas tras las muertes de sus padres. Ahora viven con su estricta tía Paulina (Mónica Randall) y su abuela (Josefina Díaz), muda y en silla de ruedas. Ana es distinta a sus hermanas, es una niña perceptiva y obsesionada con la muerte. La enorme casa en la que habitan parece existir en un mundo paralelo, como si no formara parte de la ciudad, y también es una metáfora de la dictadura de Francisco Franco en España. 

Saura filmó Cría Cuervos mientras Franco se estaba muriendo, y varias veces a lo largo de la película se muestra el exterior de la casa, las calles repletas de gente, de vehículos, de ruido, que representan la libertad y contrastan completamente con la atmósfera asfixiante y silenciosa del hogar de las niñas. A lo largo de la película, podemos ver imágenes de Ana y su madre (Geraldine Chaplin), a través de sueños y recuerdos. Queda claro que ambas eran muy unidas y que su muerte lenta a causa de una enfermedad afectó muchísimo a Ana, quien culpa a las infidelidades y la frialdad de su padre (Hector Alterio), un militar.

Cría Cuervos es una película melancólica y emotiva, que explora los pensamientos y sentimientos de la pequeña Ana. La actuación de Ana Torrent (El Espíritu de la Colmena y Tesis) es impresionante, con esos ojos negros y brillantes que te miran a través de la pantalla. Geraldine Chaplin, en ese entonces pareja de Saura, está perfecta como la madre cariñosa de Ana, haciendo buen uso de su rostro delicado y fantasmagórico. Visualmente, la película es hermosa y tiene un aire fantasioso, intercalando la realidad con la imaginación de la protagonista.







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The Killing of a Chinese Bookie
Director: John Cassavetes
Guión: John Cassavetes
Actores: Ben Gazzara, Seymour Cassel, Timothy Carey, Meade Roberts, Val Avery
Cinematografía: Mitchell Breit y Al Ruban

Cosmo Vitelli (Ben Gazzara) es el dueño de un club de striptease que destina todo su tiempo y dedicación en armar las coreografías para los lamentables espectáculos en los que participan sus bailarinas y Mr. Sophistication (Meade Roberts), un showman decadente que canta fuera de tono. Cosmo se comporta como si fuera un importante hombre de negocios con un buen ojo para lo artístico, aparenta creerse mejor de lo que realmente es. También le gusta apostar en los casinos, pero un día pierde una gran suma de dinero y queda en deuda con un grupo de mafiosos. Para deshacerse de la deuda, un desesperado Cosmo acepta la oferta de asesinar a un corredor de apuestas.

En las manos de otro director, The Killing of a Chinese Bookie podría ser un convencional neo-noir sobre un hombre que se encuentra entre la espada y la pared, pero Cassavetes siempre fue un director que se escapó de lo convencional. La película se enfoca en el personaje de Cosmo, su comportamiento, su forma de pensar, su personalidad y como interactúa con los que lo rodean. Cosmo gasta dinero que no tiene en cosas innecesarias para mantener la apariencia de ser alguien exitoso y respetable, pero nadie lo ve de esa manera, ni siquiera sus bailarinas. Se siente cómodo y seguro de sí mismo solamente dentro de su club, dentro del pequeño mundo que creó.

Cassavetes veía a los mafiosos de la película como una metáfora de la gente que intenta arruinar los sueños de los demás e impedir que puedan alcanzar sus metas. Probablemente, el cineasta se refería a el constante esfuerzo que él tuvo que hacer durante toda su carrera para poder realizar sus proyectos, invirtiendo su propio dinero y luchando contra los ejecutivos de los estudios. Gazzara se luce como nunca y eleva el nivel de la película, encarnando la piel de Cosmo como si fuera la suya, aportando el característico realismo de Cassavetes. La primera vez que la vi, por momentos me pareció demasiado larga, pero una vez que llegue al final, me di cuenta de que cada minuto valió la pena.








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Network
Director: Sidney Lumet
Guión: Paddy Chayefsky
Actores: Peter Finch, William Holden, Faye Dunaway, Robert Duvall, Ned Beatty
Cinematografía: Owen Roizman

Howard Beale (Peter Finch) es un viudo alcohólico que solía ser una figura importante de la televisión, conduciendo un programa de noticias. Howard recibe la noticia de que lo van a despedir y pierde completamente la cabeza: anuncia que va a pegarse un tiro en vivo durante su último programa. En un principio, los ejecutivos del canal de televisión quieren deshacerse de él a toda costa, pero al ver que sus monólogos llenos de furia y frustración levantan el rating, deciden explotar la situación al máximo. 

Network, mi película favorita de Sidney Lumet (Dog Day Afternoon, Serpico, 12 Angry Men), es una crítica a la industria de la televisión y la decisión de saturar a la audiencia con reality shows y programas morbosos. El guión de Paddy Chayefsky es una sátira ingeniosa y profética que condena a las corporaciones a cargo de los canales de televisión y su desesperación por conseguir los ratings más altos a cualquier costo. El único que parece ver la locura de todo lo que sucede es Max Schumacher (William Holden), presidente de la división de noticias y amigo íntimo de Howard. Max intenta disuadir tanto a su amigo para que deje de hacer el ridículo como a los ejecutivos del canal para que dejen de explotarlo, pero lo único que logra es que lo reemplacen con alguien más joven. 

Aparte del guión, la mayor virtud de Network es el gran elenco de actores. Peter Finch falleció poco después de filmar la película, pero quedará grabado en la historia del cine como Howard Beale, una figura trágica que cayó en manos equivocadas y fue víctima de sus propios delirios. De todos modos, siempre he preferido la actuación de William Holden, uno de mis actores favoritos, que se destacó increíblemente interpretando a Max, un personaje más sutil que Howard pero igual de impactante. Obviamente no puedo escribir sobre esta película sin mencionar a Faye Dunaway y lo que probablemente es lo mejor que ha hecho en toda su carrera, aparte de Chinatown. Dunaway le aporta una escalofriante dosis de ambición y agresividad al personaje de Diana, haciéndola parecer casi inhumana. En fin, Network es el tipo de película que mejora con el correr del tiempo, tocando temas que resuenan más hoy en día que hace cuarenta años. 






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Marathon Man
Director: John Schlesinger
Guión: William Goldman
Actores: Dustin Hoffman, Roy Scheider, Laurence Olivier, Marthe Keller, William Devane
Cinematografía: Conrad L. Hall

Babe Levy (Dustin Hoffman) es un estudiante de historia que, sin entendimiento de lo que está ocurriendo, es perseguido y secuestrado por un criminal nazi, el sádico Szell (Laurence Olivier). 

La primera mitad de Marathon Man es algo lenta, tomándose su tiempo para que vayamos conociendo a los personajes, pero una vez que llegamos a la segunda parte, la película se transforma en uno de los thrillers más emocionantes y estresantes de toda la historia. John Schlesinger (Midnight Cowboy, The Day of the Locust, Darling) nos pone los nervios de punta con escenas claustrofóbicas de tortura e intentos desesperados de escape. Como muchas películas de crimen y suspenso filmadas durante la década del setenta, Marathon Man es cínica y aterradora. Mi escena favorita no es la famosa "visita al dentista", sino una más sutil en la que Szell camina por las calles de un barrio repleto de judíos en Nueva York y, de pronto, es reconocido por una mujer mayor que fue prisionera de un campo de concentración. En mi opinión, es el momento más escalofriante de toda la película, el miedo que transmiten los gritos y la mirada de la mujer es inigualable. 

Se nota que Dustin Hoffman dio todo de sí mismo para interpretar a Babe, quien aún vive afligido por el suicidio de su padre y lleva una existencia bastante solitaria, usando su tiempo libre para salir a correr. Todas las situaciones problemáticas en las que se termina encontrando nuestro protagonista son la culpa de su hermano, Doc (Roy Scheider), que aparentemente esta involucrado en el robo de unos diamantes que pertenecieron a familias judías que fueron exterminadas en los campos de concentración. Es así como, sin comprender absolutamente nada, Babe se ve atormentado por engaños, muertes y peligro. 

La unión de Schlesinger y Hoffman, siete años después de Midnight Cowboy, nos brinda una gran película y una actuación increíble por parte del actor. Siempre es un placer ver a Roy Scheider en cualquier tipo de película, y Doc es uno de los mejores personajes que ha hecho. Marthe Keller, una actriz con la cual no estoy muy familiarizada, pero que se destaca en el rol de Elsa, una hermosa mujer que entra en la vida solitaria de Babe y lo hace feliz, hasta que revela su verdadera identidad. Por último, tenemos al veterano Laurence Olivier, interpretando a uno de los personajes más desagradables del cine. Aunque no sea una opinión popular, debo admitir que no soy fanática de Olivier y, en general, no suele gustarme. Esta es la única película en la que realmente me convenció del todo, admiro la manera en la que se metió en la piel de Szell, un ser humano que personifica a la perfección el más puro terror. 

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Rocky
Director: John G. Avildsen
Guión: Sylvester Stallone
Actores: Sylvester Stallone, Talia Shire, Burt Young, Burgess Meredith, Carl Weathers
Cinematografía: James Crabe

Rocky Balboa (Sylvester Stallone) tiene talento para el boxeo, pero ya no tiene pasión ni motivación y gana dinero haciendo trabajos desagradables para un prestamista (Joe Spinell). Nadie respeta a Rocky y lo tratan como si fuera un pobre tonto. Un día, se le presenta la increíble oportunidad de boxear contra el campeón, Apollo Creed (Carl Weathers) y deberá decidir entre no arriesgar nada y seguir con su vida, o entrenar y arriesgarse a superarse a sí mismo. 

Rocky no es la mejor película de boxeo ni la mejor película de 1976, de hecho, probablemente es la peor película de esta lista, pero si la agregué debe ser por algo. La realidad es que nadie puede negar que esta película es entretenida y que tiene un mensaje inspirador. El personaje de Rocky es un perdedor, no tiene un empleo fijo, no tiene mucho dinero y es subestimado por casi todos, por momentos pareciera que hasta él mismo dejó de tenerse fe. La transformación por la que pasa para esforzarse y lograr alcanzar su meta es la mejor parte de la historia, y debo admitir que, aunque a algunos les pueda parecer ridículo, la escena de los escalones me conmueve. 

La única queja que tengo es el personaje de Adrian, interpretado por Talia Shire. No es el personaje en sí lo que me molesta ni tampoco la interpretación, lo que no me gusta es que ella va superando su enorme timidez gracias a Rocky, luego de que él le saca los anteojos, le compra ropa nueva y le dice que es hermosa. Me parece el típico cliché de la mujer que logra mejorar y dejar atrás sus inseguridades solamente cuando aparece un hombre que viene a "salvarla". Es más, desde mi punto de vista, ella es quien lo motiva y lo ayuda a él, no él a ella. De todos modos, disfruto mucho la película y pienso que es definitivamente lo mejor que ha hecho Stallone en toda su carrera, fue, es y siempre será Rocky Balboa. Las actuaciones de Burt Young, Carl Weathers y, especialmente, Burgess Meredith son perfectas y no puedo imaginarme a nadie más dándole vida a esos personajes. 

Aunque no tienen mucho en común, Rocky tiene básicamente el mismo mensaje que Gattaca, una película de ciencia ficción sobre la que escribí hace poco. El objetivo de ambas películas es brindarnos la esperanza de que podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos, a pesar de los obstáculos que se nos puedan presentar o lo que los demás digan. 

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