The Prowler (1951), Dalton Trumbo y el contexto histórico de las listas negras en Hollywood
Hace aproximadamente una semana, vi la película Trumbo (2015), sobre el guionista Dalton Trumbo, víctima de la lista negra en Hollywood durante doce años, y también comencé a leer "Listas Negras en Hollywood: radiografía de una persecución", editado por Antonio Castro. Por ende, se podrán imaginar que el tema está mas que presente en mi cabeza.
El punto central de este posteo es la película The Prowler, pero antes de empezar a analizarla, me gustaría aportar el necesario contexto histórico. Alrededor de 1943, durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos encontró un aliado en la Unión Soviética y surgieron películas pro-soviéticas en Hollywood como The North Star (Lewis Milestone, 1943), Mission to Moscow (Michael Curtiz, 1943) y Song of Russia (Gregory Ratoff, 1944), que presentaban una imagen extremadamente idílica de la región a causa de dicha alianza (1). Pero tras el final de la Guerra, la Unión Soviética y, junto a ella, el comunismo, se convirtieron en enemigos del Estado norteamericano como consecuencia de la Guerra Fría.
Desde fines de la década del cuarenta y durante la del cincuenta, existió en el país un clima político denominado mccarthyismo o macartismo, en honor al senador Joseph McCarthy, pero más que nada representado por el HUAC o Comité de Actividades Anti-americanas. Este Comité fue creado para preservar los supuestos ideales norteamericanos y "proteger" al país de la amenaza soviética. En Hollywood, a partir de 1947, comenzó una intensa y paranoica caza de brujas en contra de aquellos -actores, directores, guionistas, etcétera- que tuvieran antecedentes de participación en el Partido Comunista, sin importar si fue hace décadas o si aún eran miembros activos, ya que, según el Comité, cualquiera de ellos podía representar un posible peligro dentro de la industria cinematográfica, utilizándola como medio propagandístico.
A partir de las audiencias en las que el Comité interrogaba a los "sospechosos", se creó una lista negra en la que eran incluidos aquellos que no estuvieran dispuestos a responder las preguntas que, mayormente, se enfocaban en la admisión de ser o haber sido miembro del Partido Comunista y en la delación de otros colegas que también lo sean o hayan sido. Algunos de estos "testigos inamistosos", como se los conoció, eran sentenciados a prisión por desacato, como ocurrió en los casos de Dalton Trumbo, el escritor Dashiell Hammett y el director Edward Dmytryk. Todos los artistas que pasaron a formar parte de la lista negra tenían prohibido trabajar en Hollywood y hasta en Nueva York, debido a que los grandes estudios como RKO, MGM, 20th Century Fox y Warner Brothers, entre otros, accedieron a emitir en conjunto un comunicado llamado la Declaración Waldorf, en la que aseguraban que ninguno de ellos contrataría a los artistas que estuvieran vinculados al comunismo o que figuraran en las listas.
Dalton Trumbo |
El estudio King Brothers producía películas de bajo presupuesto sobre monstruos, fantasmas y asesinos, películas de acción y de terror con actores desconocidos. De todos modos, Dalton Trumbo logró escribir un puñado de obras interesantes y de una calidad superior a la que dicho estudio estaba acostumbrado. En 1956, Trumbo escribió The Brave One, la historia de un niño mexicano y su relación con un toro que adopta como mascota. En los créditos, el autor del guion figuraba como un tal Robert Rich, lo cual presento un problema cuando, inesperadamente, la película ganó el Oscar al mejor guion, ya que Robert Rich ni siquiera existía. Y lo mas irónico de todo es que no era la primera vez que Trumbo ganaba un Oscar por un guión que, oficialmente, no había escrito, ya que el primero lo gano por Roman Holiday en 1954 bajo el nombre de Ian McLellan Hunter, un escritor amigo suyo que actuó como tapadera.
En fin, durante sus años en este "mercado negro", Trumbo produjo una "trilogía improvisada", como se la denomina en el libro de Listas Negras en Hollywood (3), que está conformada por tres joyitas del film noir (o cine negro): uno de mis noirs favoritos, Gun Crazy (1949), The Prowler (1951) y He Ran All The Way (1951). Trumbo utilizó cada una de estas películas para hacer referencia a una sociedad que se ve dividida en opresores y oprimidos, situando a los protagonistas en el segundo grupo, dejando en claro que sus actos y su suerte van a verse condicionados por la mencionada opresión de un sistema deshumanizado e hipócrita. Para este posteo en particular, como ya lo aclaré en el segundo párrafo, voy a centrarme en The Prowler, la cual vi por primera vez hace unos días.
Susan (Evelyn Keyes) vive cómodamente junto a su marido, un locutor de radio nocturno. Su día a día transcurre con tranquilidad, hasta que una noche se da cuenta de que un desconocido la está observando a través de la ventana. Asustada, decide llamar a la policía y, unos minutos más tarde, se presentan en su residencia los oficiales Crocker (John Maxwell) y Webb Garwood (Van Heflin). Este último queda inmediatamente fascinado tanto con Susan como con su lujosa casa, y comienza a visitarla con frecuencia. El matrimonio de Susan no es uno muy feliz que digamos, con un marido desconfiado que, a diferencia de ella, no desea tener hijos. Eventualmente, luego de que Webb confiesa su intensa atracción hacia ella, Susan termina cediendo y se enamora del policía, desencadenando una serie de hechos desastrosos.
The Prowler presenta elementos típicos del film noir, pero se toma la libertad de modificar ciertas características tradicionales del género. Por ejemplo, Susan no es una femme fatale, porque, a pesar de que es partícipe de una infidelidad, termina siendo otra víctima más de la peligrosa codicia de Webb. Aquí, el rol de la femme fatale se ve ocupado por Webb, un homme fatale, lo cual rompe con los estereotipos cinematográficos. Se revierten los roles porque la figura seductora, oportunista, manipuladora y oscura esta representada por él, en lugar de Susan. Otro aspecto digno de destacar es lo profundos que son los protagonistas, sobre todo teniendo en cuenta que el género noir, cuando no está bien realizado, puede resultar vacío o superficial. Como ya comenté anteriormente, Webb no es un "villano" común y corriente, sino que existe en él una huella sutil de su humanidad, y en cuanto a Susan, Trumbo y la actriz Evelyn Keyes la retratan como una mujer llena de esperanza y sumamente soñadora, ahogada en una profunda soledad y desilusión que la aíslan del resto del mundo. Ambos son personas caracterizadas por defectos y debilidades, motivados por las razones incorrectas y manejándose mediante los peores métodos. Pero, al mismo tiempo, algo dentro de nosotros reconoce la raíz de sus deseos y frustraciones, como el hecho de que Webb tiene un trabajo que detesta o que Susan se siente atrapada en un matrimonio sin amor. Es probable que todos digamos que nunca llegaríamos a semejantes extremos, pero es innegable que se produce una conexión entre el espectador y los protagonistas.
El mundo de The Prowler no es esa imagen glamorizada del film noir, pintada de blanco y negro, con Gene Tierney o Ava Gardner posando con vestidos ajustados, o detectives masculinos y astutos que creen saberlo todo. Trumbo y Losey toman una historia "bastante comercial, algo similar a Double Indemnity" (7), y la convierten en un interesante análisis de la sociedad norteamericana, producto de un clima histórico y político determinado.
(1): página 188, "Listas Negras en Hollywood: radiografía de una persecución"
(2): página 308, "
(3): página 311, "
(6): página 320, "
(7): página 318, "
CRÉDITOS DE LAS IMÁGENES:
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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