Mis actuaciones masculinas favoritas (parte II)



John Cazale como Fredo Corleone en The Godfather Part II (1974), dirigida por Francis Ford Coppola

Sí, ya se que anteriormente puse una actuación de El Padrino Parte II en esta lista, la de De Niro para ser más exacta, pero es que... que puedo decir? Esta película es una obra maestra, me deja alucinada cada vez que la vuelvo a ver, todas las actuaciones que la componen me parecen extraordinarias. Sin lugar a dudas, luego de De Niro, el que más me fascina en esta obra de Coppola es John Cazale. Cazale suele pasar desapercibido porque tuvo una carrera muy corta, debido a su muerte prematura, y a que tenía bajo perfil, es decir, no era una celebridad ni una estrella de Hollywood, pero era un actor increíble que en poquísimos años dejó un legado cinematográfico digno de ser visto. Su mejor trabajo, en mi opinión, es Fredo Corleone, un personaje trágico y a la vez mediocre, un hombre subestimado hasta por su propia familia, reducido a un pobre tonto que ya no sabe que hacer para ganarse el respeto de los demás y que se deja llevar por una mezcla de resentimiento e inseguridad al tomar una decisión de la cual se arrepentirá hasta la tumba. Cazale le aporta una conmovedora fragilidad a Fredo, hombre carcomido por el remordimiento de la traición, que causa que el final sea terriblemente efectivo. 


Adrien Brody como Wladyslaw Szpilman en The Pianist (2002), dirigida por Roman Polanski

Como dije al principio de esta lista, en el primer post, todas las actuaciones que aparecen son completamente personales y no pretendo que la mayoría comparta mis opiniones. Se que The Pianist puede llegar a ser una película controversial en ciertos aspectos, al igual que su director, pero Polanski es uno de mis directores favoritos y considero a esta película un logro tremendo, que me hace llorar hasta que no me quedan más lágrimas para derramar. Yo creo que no tiene importancia ser judío o no serlo a la hora de apreciar la película, hay cosas que trascienden todo contexto religioso y político, porque tratan sobre el tópico de la humanidad, algo que todos compartimos y tenemos en común. Adrien Brody, ese flaquito narigudo al que nunca le había prestado atención, sacrifica cada parte de su ser en lo que es la actuación de una vida, algo insuperable. La delicadeza y el profundo sentimiento que el actor le inyecta a los gestos de Szpilman me parten el corazón una y mil veces, ese dolor tan palpable en su rostro que simboliza todas las tragedias de la historia y de este mundo. Sus ojos son testigo de lo que sucede y, sin embargo, sigue teniendo esperanza de que algún día podrá volver a salir de sus escondites clandestinos. Es una actuación poéticamente preciosa.


Enzo Staiola como Bruno Ricci en Bicycle Thieves (Ladri di biciclette) (1948), dirigida por Vittorio De Sica

No suelo ser muy fanática de las actuaciones infantiles en el cine, aunque pueda sonar algo cruel, pero siempre me parecen muy flojas y, en algunos casos, hasta irritantes. Por eso me sorprendió tanto la interpretación del pequeño Enzo Staiola, a quien De Sica "descubrió" en la calle, en esta reconocida joya del neo-realismo italiano. Me enamoré de Staiola desde el primer momento en que apareció en la pantalla, con una carita enternecedora y sus grandes ojos azules, pero lo que realmente se ganó mi admiración fue el grado de madurez con el cual el actor interpreta al personaje, es increíble. No hay ni una sola escena en la cual exagere o sobreactúe, una característica frecuente en las actuaciones infantiles, en cambio, presenta un manejo espectacular de las emociones que el pequeño personaje experimenta junto a su padre. Además, cabe destacar que se maneja muy bien a la hora de mostrar los distintos matices del ser humano, pasando por momentos cómicos, angustiantes y conmovedores con la misma naturalidad. Él es la verdadera estrella de la película.


Jack Lemmon como Ed Horman en Missing (1982), dirigida por Costa-Gavras

Al igual que The Pianist, esta es una película con la cual todos deberíamos sentirnos conectados o conmovidos por el simple hecho de que se trata sobre ser humano y la violación de los derechos que irrevocablemente adquirimos al nacer. Al ser argentina, creo que me es más fácil comprender el tema que abarca Missing, ya que me afecta de un modo extremadamente personal debido al similar régimen militar que a tantos "desapareció" durante la segunda mitad de la década del setenta y muy a principios de los ochenta en mi país. Jack Lemmon interpreta a Ed Horman, el padre de un joven que, de un día para el otro, parece haberse esfumado de la faz de la tierra, y aunque su cuñada está completamente convencida de que el gobierno militar está involucrado, el incrédulo Ed no confía en las denuncias de la chica. Lemmon, siendo el maravilloso profesional que siempre fue, interpreta la transición que sufre Ed a lo largo de la historia de una manera extraordinaria y convincente, la transición de un padre con una mirada despectiva que desconfía de su hijo pero confía en su patria, a un padre que finalmente abre los ojos ante la realidad y comprende que en este mundo no sólo basta con tener principios, ética o moral, que hay aspectos que van mucho más allá, que la enfermiza crueldad humana es capaz de lo impensable. Un padre que decide luchar por su hijo cuando se da cuenta de que nadie más lo hará. 


Dustin Hoffman como Lenny Bruce en Lenny (1974), dirigida por Bob Fosse

A veces siento que Dustin Hoffman ha pasado de ser considerado uno de los mejores actores del cine norteamericano a ser alguien de talento subvalorado. Yo, por mi parte, soy una gran admiradora de su trabajo y pienso que sus mejores actuaciones son aquellas de las que muy poco se habla. Sí, es cierto que existe Tootsie o Kramer vs Kramer o Rainman, pero Hoffman tiene mucho más para ofrecer dentro de su repertorio. En mi lista, posicioné dos de sus actuaciones, ambas bastante olvidadas, la primera es la de Lenny Bruce en este diamante en bruto de Fosse (no, no es un musical). El actor interpreta a Lenny Bruce, un humorista neoyorquino que escandalizaba con sus chistes subidos de tono y polémicos para la época (principios de los sesenta), y que fue perseguido de una forma similar a una caza de brujas policíaca hasta su muerte. Hoffman le da vida a un tipo impulsivo y rebelde, dotado de una lengua imparablemente feroz y ocurrente, pero justamente, fue ese mismo impulso y carácter anárquico los que lo llevaron a enloquecerse y perderlo todo. Para Bruce, al ser un cómico, era una obligación pasarse de la raya, ser insolente y provocar, y Hoffman encarna todas esas características con un encanto irreverente.

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