gun crazy
DIRECTOR: JOSEPH H. LEWIS
GUIÓN DE: DALTON TRUMBO Y MACKINLAY KANTOR
CINEMATOGRAFÍA POR: RUSSELL HARLAN
Desde una temprana edad, Bart siempre ha sentido una pasión enorme por las armas. A los catorce años, su pasión lo mete en problemas. Un día, Bart decide llevar al colegio una pistola que asegura haber comprado con su propio dinero para mostrársela a sus compañeros, pero su maestra ve la pistola y ésta termina siendo confiscada. Bart, sintiendo que injustamente fue despojado de su posesión más preciada, decide robar un arma de la vidriera de un negocio, pero para su mala suerte, un policía lo descubre en el acto. Al día siguiente, Bart se presenta ante un juez acompañado por su hermana mayor Ruby (quién también ocupa los roles de madre y padre para su hermanito) y sus dos mejores amigos, Dave y Clyde, dispuestos a defenderlo. Ruby y los muchachos aseguran que a Bart solamente le fascinan las armas porque siente que su único talento es ser un gran tirador, pero que es absolutamente incapaz de dispararle a cualquier clase de criatura viviente. El juez finalmente decide enviarlo a una correccional de menores a cause del robo que cometió.
GUIÓN DE: DALTON TRUMBO Y MACKINLAY KANTOR
CINEMATOGRAFÍA POR: RUSSELL HARLAN
Desde una temprana edad, Bart siempre ha sentido una pasión enorme por las armas. A los catorce años, su pasión lo mete en problemas. Un día, Bart decide llevar al colegio una pistola que asegura haber comprado con su propio dinero para mostrársela a sus compañeros, pero su maestra ve la pistola y ésta termina siendo confiscada. Bart, sintiendo que injustamente fue despojado de su posesión más preciada, decide robar un arma de la vidriera de un negocio, pero para su mala suerte, un policía lo descubre en el acto. Al día siguiente, Bart se presenta ante un juez acompañado por su hermana mayor Ruby (quién también ocupa los roles de madre y padre para su hermanito) y sus dos mejores amigos, Dave y Clyde, dispuestos a defenderlo. Ruby y los muchachos aseguran que a Bart solamente le fascinan las armas porque siente que su único talento es ser un gran tirador, pero que es absolutamente incapaz de dispararle a cualquier clase de criatura viviente. El juez finalmente decide enviarlo a una correccional de menores a cause del robo que cometió.
Años después, tras haber cumplido su tiempo en la correccional y haber formado parte del ejército, Bart regresa a casa para reunirse con su hermana, Dave y Clyde. Los tres amigos deciden visitar un carnaval que está parando en el pueblo para divertirse un poco. Naturalmente, Bart sigue teniendo la misma obsesión por las armas. En el carnaval, los tres asisten a un espectáculo protagonizado por Laurie Starr, en el que la joven demuestra su talento con las pistolas. Como se pueden imaginar, Bart queda cautivado y se ofrece a subir al escenario como voluntario para ver si puede superar la puntería de Laurie. Bart la supera, aunque por muy poco, y los dos parecen gustarse instantáneamente, para el desagrado del jefe de la chica, Packett, quién cree ser su dueño. Bart no tiene trabajo y decide unirse al carnaval, aunque recibe órdenes de parte de Packett de mantenerse alejado de Laurie. Los dos tiradores deciden ignorar sus advertencias, lo cual termina resultando en el despido de ambos.
Los enamorados se casan inmediatamente, pero luego de una luna de miel bastante costosa, los recién casados se quedan sin dinero. Laurie no aguanta la idea de ser pobre y ni siquiera acepta la sugerencia de que Bart acepte un puesto de trabajo que tiene disponible ya que el salario no es suficiente para el modo de vida que ella desea llevar. Laurie quiere vivir la vida, poder hacer todas las cosas que le plazcan y no tener que sentirse limitada debido a la falta de dinero. Ella le plantea a su marido que deberían empezar a robar, ya que los dos tienen armas y saben perfectamente como usarlas. Al principio, Bart se niega rotundamente, pero ella lo amenaza con dejarlo y él, desesperado, termina cediendo. La pareja comienza a asaltar tiendas y establecimientos y también a conductores de autos que ingenuamente se ofrecen a llevarlos cuando hacen dedo. Todo parece ir bien, pero la policía los va identificando cada más y fotos de ambos aparecen en el diario, señal de que deben empezar a actuar de forma discreta para no ser capturados.
Una noche, mientras se esconden de la policía, un Bart angustiado le confiesa a su esposa que no puede ni quiere seguir así, que no quiere seguir robando. Laurie le asegura que ella se siente de la misma manera, pero como es de esperarse, no está dispuesta a abandonar todo así como así, antes quiere llevar a cabo un último asalto, convenciendo a Bart de que el dinero que tienen no les alcanza para fugarse y necesitan conseguir más. Él sabe que eso no es lo que realmente quiere, pero no ve otra opción, quiere complacer a su esposa y poder vivir en paz. Ambos idean un plan, consiguen trabajos en una planta procesadora de carnes y se hacen pasar por empleados comunes y corrientes durante un tiempo, esperando un día y hora determinados para robar todo el dinero que se encuentra guardado en la oficina principal de la planta. Cuando están a punto de irse de la oficina con toda la plata, la secretaria presiona un alarma y Laurie decide dispararle. Ella sabe que mató a la secretaria pero le asegura a Bart que solamente fueron tiros al aire para asustar a los empleados. Los amantes habían decidido que se separarían por un par de meses luego del último asalto, pero cuando llega el momento de dividirse, no son capaces de hacerlo y huyen juntos, enamorados y felices.
Laurie no ve el océano desde pequeña, así que se les ocurre dirigirse a California y pagan por una habitación en un hotel con vista al mar. Una mañana, leyendo el diario, Bart descubre que la secretaria de la planta sí murió a causa de los disparos de Laurie. Él se siente decepcionado y confundido, no entiende por que su esposa tuvo la necesidad de matarla, ahora no son simples ladrones sino asesinos. Laurie le confiesa que no es la primera vez que mata a una persona y se justifica diciendo que es lo que hace cuando el miedo la invade. Bart intenta ser comprensivo y acepta lo que ha sucedido, diciéndole que no la va a culpar ni dejar sola ya que los dos están juntos en este lío.
Ahí, deciden conseguir pasajes y viajar a Nuevo México, donde finalmente celebran la victoria del último robo y el amor que sienten el uno por el otro. Pero lo que no saben es que los billetes que robaron en la planta están marcados y que el FBI logró localizarlos en Nuevo México gracias a esto. Bart y Laurie se dan cuenta justo a tiempo y se escapan nuevamente, pero esta vez a bordo de un tren de carga con destino al pueblo natal de Bart. Una vez allí, los dos buscan refugio en la casa de Ruby, quién no está de acuerdo con nada de lo que su hermano ha cometido, pero preocupada por la seguridad de sus hijos, accede a dejarlos entrar. Los viejos amigos de Bart, uno de ellos convertido en sheriff, se dan cuenta de que algo raro está ocurriendo en la casa de Ruby y sospechan que tiene que ver con la pareja de delincuentes. Bart, desafiante, los confronta, diciéndoles que no piensa entregarse. Dave y Clyde se entristecen al escucharlo, ya que saben que tarde o temprano lograrán capturarlo.
Bart y Laurie se escapan a las montañas y bosques de los alrededores, los que él solía frecuentar cuando era un niño. Cuando no logran seguir su camino con el auto, deben continuar a pie hasta encontrar una parte del bosque que les parezca lo suficientemente alejada. Terriblemente exhaustos y agotados tras horas de correr y correr de la policía, se tiran a descansar a orillas de un lago, donde pasan su última noche juntos. A la mañana siguiente, la pareja es despertada por el sonido de las voces de Dave y Clyde, que están con la policía al otro de la laguna, rodeados por una espesa niebla. El sheriff vuelva a rogarle a Bart que se entreguen, pero al no conseguir respuesta alguna, los dos amigos deciden cruzar el lago e ir a buscarlo, afirmando que no es algo peligroso ya que ellos saben que Bart no es capaz de dispararle a una persona, pero Laurie sí lo es. Ella se pone de pie, con el revólver en mano, gritando que si se acercan los matará, pero cuando Bart ve que su amada está a punto de dispararles, le pide por favor que se detenga y finalmente le pega un tiro, la única forma que encuentra para detenerla de una vez por todas. Al escuchar tiros, los policías disparan, hiriéndolo fatalmente a Bart. En la imagen final de la película, podemos observar a los dos enamorados acostados uno al lado del otro, sin vida.
Aunque Gun Crazy es mayormente considerada parte del género del film noir, desde mi punto de vista es más una película de acción mezclada con romance, a pesar de que se presentan elementos típicos del film noir, como la femme fatale que manipula peligrosamente al hombre y lo arruina por completo. Es una de esas películas que parecen casi demasiado perturbadoras y oscuras para la época en la que fueron hechas, aunque claro que hoy en día no lo parece.
Bart y Laurie se escapan a las montañas y bosques de los alrededores, los que él solía frecuentar cuando era un niño. Cuando no logran seguir su camino con el auto, deben continuar a pie hasta encontrar una parte del bosque que les parezca lo suficientemente alejada. Terriblemente exhaustos y agotados tras horas de correr y correr de la policía, se tiran a descansar a orillas de un lago, donde pasan su última noche juntos. A la mañana siguiente, la pareja es despertada por el sonido de las voces de Dave y Clyde, que están con la policía al otro de la laguna, rodeados por una espesa niebla. El sheriff vuelva a rogarle a Bart que se entreguen, pero al no conseguir respuesta alguna, los dos amigos deciden cruzar el lago e ir a buscarlo, afirmando que no es algo peligroso ya que ellos saben que Bart no es capaz de dispararle a una persona, pero Laurie sí lo es. Ella se pone de pie, con el revólver en mano, gritando que si se acercan los matará, pero cuando Bart ve que su amada está a punto de dispararles, le pide por favor que se detenga y finalmente le pega un tiro, la única forma que encuentra para detenerla de una vez por todas. Al escuchar tiros, los policías disparan, hiriéndolo fatalmente a Bart. En la imagen final de la película, podemos observar a los dos enamorados acostados uno al lado del otro, sin vida.
Aunque Gun Crazy es mayormente considerada parte del género del film noir, desde mi punto de vista es más una película de acción mezclada con romance, a pesar de que se presentan elementos típicos del film noir, como la femme fatale que manipula peligrosamente al hombre y lo arruina por completo. Es una de esas películas que parecen casi demasiado perturbadoras y oscuras para la época en la que fueron hechas, aunque claro que hoy en día no lo parece.
En un foro de
internet, leí que alguien no estaba conforme con la actuación de John Dall
(Bart), ya que no tiene ni el aspecto ni la actitud de un tipo que estaría
dispuesto a robar bancos o ser cómplice de un asesinato, pero justamente creo
que eso es lo que se buscaba. Me gusta la idea de que un hombre común, que
parece una especie de James Stewart, sea capaz de cometer semejantes crímenes
por el simple hecho de que esta totalmente enamorado de una mujer que no
tiene límites ni conciencia. Peggy Cummins definitivamente le roba el
protagonismo a Dall, aportando una interpretación increíble, que en vez de
ser caricaturescamente sexy y melodramática como muchas otras
femme fatales, le da vida a Laurie de una manera mucho más sutil y perversa que
funciona de maravilla.
El final me
sorprendió de la manera mñas grata posible, estaba segura de iban a terminar
presos o que iban a ser asesinados por la policía, lo más común y predecible en
este tipo de historias. Pero cuando Bart le disparó a Laurie, se me escapo una exclamación de asombro, no me lo esperaba y la verdad que fue un final perfecto y horriblemente trágico,
probablemente lo que más me gustó de la película.
Gun Crazy es asociada con Bonnie y Clyde (1967) muy a menudo ya que tienen una trama algo similar, pero honestamente prefiero Gun Crazy. A pesar de que entiendo que Bonnie y Clyde fue revolucionaria en la historia del cine, no es una película que me encuentro viendo seguido, la vi dos veces en toda mi vida y nunca me agarraron ganas de que haya una tercera vez. En cambio, si puedo imaginarme volviendo a ver ésta película varias veces a lo largo de los años. Me resulta más macabra y entretenida.
Si tuviera que criticar algo de Gun Crazy, mi queja sería que me hubiera gustado que se profundizaran más los problemas y trastornos de los personajes principales, la pasión que él sentía por las armas y su estadía en la correccional/ejército y la falta de conciencia y sed de violencia que ella parece tener. ¿Por qué tienen esas necesidades? ¿Qué cosas los marcaron a lo largo de sus vidas? Que se yo, tal vez pido demasiado, pero creo que en ese aspecto la película termina siendo algo superficial. Aún así, en mi opinión, es un clásico y definitivamente algo que recomendaría. Otra película más añadida a mi larga lista de favoritas.
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