Proyecto Scorsese, parte III: Las costumbres de familia y el hombre solitario de Dios

(Parte I)

(Parte II)

ITALIANAMERICAN (1974)



Italianamerican es un documental que captura con cariño y nostalgia una tarde compartida por Scorsese, sus padres Charles y Catherine, y un pequeño equipo de filmación. Es un eterno y pintoresco retrato familiar. Los Scorsese nos abren las puertas de su departamento en Elizabeth Street y, durante cuarenta y cinco minutos nos convertimos en sus invitados, almorzando pasta y albóndigas acompañadas de la salsa especial de Catherine, escuchando atentamente historias sobre sus antepasados, sus infancias y la vida de los inmigrantes en Nueva York. La presencia del director es casi inexistente, ya que tan solo interrumpe a sus padres un par de veces para hacerles preguntas y, de vez en cuando, escuchamos sus distintivas carcajadas, pero la película le pertenece completamente a sus padres. Charles se comporta y conversa con tranquilidad, contrastando cómicamente con su esposa, quien habla hasta por los codos y tiene una personalidad efervescente con la cual se roba todo el protagonismo.


Italianamerican, aunque pase desapercibida, escondida entre las impetuosas películas de Scorsese, es una parte relevante de su carrera. Es una fusión entre aspectos personales y biográficos, y el arte del cineasta, explorando con amor a su familia, sus costumbres, las experiencias de sus abuelos, bisabuelos y el ambiente en el cual crecieron sus padres, quienes pintan una clara imagen del inmigrante italiano de clase media en Estados Unidos. A pesar de que en el párrafo anterior mencioné que el documental se enfoca por completo en el matrimonio Scorsese, lo cual es verdad, también se lo puede ver como una película sobre la relación entre un hijo -un adulto joven-, y su familia, sus orígenes, sus tradiciones y como puede darle un significado a la identidad formada por las culturas del título que se unen y, a la vez, contrastan. Scorsese nos muestra una porción de su mundo, de lo que conoce, al igual que lo hizo con las dos películas que analicé anteriormente (Who's That Knocking... y Mean Streets), aunque sosteniendo la lupa sobre una historia distinta. Sí, obviamente que existen enormes diferencias entre este documental y dichas películas, violentas y sumidas en conflicto, pero, de todos modos, se encuentran presentes elementos característicos de Scorsese: la cultura italiana, las tradiciones, el catolicismo y las calles de Nueva York, esos talismanes que conforman su persona como artista.

Durante una escena, los padres explican que en el pasado, cuando no había televisión ni la gente gozaba de numerosas formas de entretenimiento, las personas se visitaban entre sí para contarse anécdotas, y todos sabían como contar una buena historia. Y, de hecho, eso es exactamente lo que ocurre aquí: Charlie y Catherine deleitan a su hijo, al equipo de filmación y a nosotros con relatos que jamás se volverán obsoletos. La grandeza de Italianamerican está presente en aquellos relatos y, es gracias a ellos y a la encantadora habilidad del matrimonio Scorsese a la hora de contarlos, que resulta fácil entender de dónde surgió el talento de su hijo como uno de los mejores cuentacuentos y creadores del cine moderno.

Un breve comentario por parte de Scorsese sobre Italianamerican:





TAXI DRIVER (1976)


"Mi vida se basa en la convicción de que la soledad, lejos de ser un fenómeno peculiar y curioso, es el hecho central e inevitable de la existencia humana." -Thomas Wolfe, God's Lonely Man (El Hombre Solitario de Dios)

"La metáfora del taxi se me ocurrió como una metáfora de la soledad, una soledad masculina, sin rumbo.  Cuando empecé a escribir el guión, pensé que se trataba sobre la soledad, pero a medida que avanzaba, me di cuenta de que era sobre algo más interesante, es decir, la soledad auto impuesta. Es un síndrome de conducta que se reafirma a sí mismo, y las bases de ese tipo de conducta son una gran variedad de impulsos contradictorios, como puritanismo y pornografía al mismo tiempo, o ser saludable y tomar píldoras al mismo tiempo. Está lleno de estas cosas que hace para asegurarse de no lograr llegar a donde quiere, o en otras palabras, para reafirmar su condición como condenado." -Paul Schrader, The Making of Taxi Driver (1999)

Básicamente, Travis Bickle (Robert De Niro) es un joven veterano de Vietnam que decide conseguir trabajo como taxista durante las noches a causa de su insomnio. Se siente cada vez más repugnado por la "basura" que abunda en las calles de Nueva York (según él, las prostitutas, los proxenetas, los drogadictos, los gays) y comienza a tener ideas sobre ser el hombre que se ocupe de "depurar" la ciudad. Esta fantasía distorsionada de querer ser un héroe se intensifica cuando Travis cruza caminos con Iris (Jodie Foster), una prostituta de doce años a la que ve como una víctima y una oportunidad de probarse a sí mismo como un salvador, tomando justicia a mano propia.

El guión fue escrito por Paul Schrader durante un momento difícil de su vida, y en él plasmó los pensamientos de un hombre perturbado camino a perderse en sus propios delirios. Schrader opina, como cité en la frase anterior, que la historia se trata sobre "la patología de la soledad", refiriéndose a que, a veces, inconscientemente, los seres humanos nos distanciamos y nos aislamos de la sociedad, a pesar de que la causa principal de nuestro tormento es ese mismo aislamiento al cual nos sometemos. Betsy, la mujer de los sueños de Travis, interpretada por Cybill Shepherd, cita una canción de Kris Kristofferson durante una escena, asegurando que el protagonista es "una contradicción caminante", y eso es exactamente de lo que habla Schrader: entra a los teatros porno pero mira las películas tapándose los ojos, detesta a los drogadictos pero toma pastillas a diario. Todo lo que lo repugna o de lo que intenta distanciarse termina atrayéndolo y, todo lo que intenta obtener lo pierde inevitablemente a causa de sus impulsos.




A pesar de que el guión es la creación de Paul Schrader, eso no quita que la película tenga las huellas dactilares de Scorsese por todos lados. Según Schrader, los tres (él, Scorsese y De Niro), se encontraban en un período de sus vidas en el cual fueron capaces de entenderse entre sí y comprender el material, ellos comprendían a Travis y lo que representaba (1). Los tópicos abordados por Schrader son similares a los intereses y fascinaciones que Scorsese suele plasmar en sus propias creaciones, como por ejemplo y sobre todo, el conflictivo anti-héroe como protagonista. Originalmente, el guión ambientaba los sucesos en Los Angeles, pero Scorsese decidió mudarlos a su Nueva York (2). Y, también, aunque Scorsese es católico y Schrader fue criado como calvinista, ambos comparten una cierta fascinación por temáticas relacionadas a la religión, especialmente Scorsese. Travis no parece ser un personaje que practique algún tipo de religión, como los personajes que analicé en los dos posts anteriores, pero ambos cineastas capturan los actos y las convicciones personales del taxista con un tinte religioso y profético, por ejemplo, con el deseo expresado de “limpiar” la ciudad con una lluvia que inunde las calles, una especie de inundación apocalíptica que acabe con aquellos a quienes Travis considera la "escoria de la Tierra". Fue un proyecto que pudo realizarse gracias a la pasión y la determinación de sus creadores.

Muchos de los guiones y películas propias de Schrader, al igual que Taxi Driver, toman como argumento principal la soledad del hombre aislado y su relación, o falta de, con la sociedad, como American Gigolo (1980), Light Sleeper (1992) y Affliction (1997), su mejor trabajo. Al igual que Scorsese, el trabajo de Schrader está, en gran parte, influenciado por el cine, pero también se ve enormemente influenciado por la literatura, y mientras escribía Taxi Driver, leyó The Stranger o El Extranjero de Albert Camus (una de mis novelas favoritas, recomendable) y Notes from Underground de Dostoyevsky (3).

Scorsese y Schrader
El deseo de Travis es trascender y convertirse en un ángel de la muerte y un salvador, pero, en cambio, apenas puede controlarse a sí mismo y sufre de una marcada incapacidad de poder relacionarse o encontrar algún tipo de conexión con los demás.

Cybill Shepherd como Betsy representa una belleza inalcanzable para Travis, vestida de blanco caminando en cámara lenta, rubia, de ojos celestes y, claramente, de mayor rango social que él. Betsy, en un primer lugar, le sigue la corriente a Travis y le retribuye sus avances porque, a pesar de que se da cuenta de que algo no funciona del todo bien dentro de su cabeza, se ve interesada en su intensidad y honestidad. Ella ha escuchado todas las frases que un hombre pueda decirle a una mujer, es superficial, narcisista y banal, y por eso mismo se siente intrigada por Travis y sus peculiaridades. Travis la observa a Betsy y cree ver en ella un ángel puro que vuela por encima de toda la basura de la ciudad. Pero la ineptitud social de Travis se nota claramente cuando, en un patético intento de cita, la lleva a un cine porno. Según Schrader, el protagonista hace esto, no sólo a causa de su ineptitud social, sino también porque parte de él quiere humillarla o degradarla, porque en su interior se repite a sí mismo que no la merece a ella ni que las cosas salgan bien, como si fuera una especie de autosabotaje (4).











Unos minutos más tarde, Scorsese nos presenta a su escena favorita: Travis llama a Betsy por teléfono para insistir en que vuelva a salir con él, pero el rechazo de Betsy es tan humillante para él, que la cámara no puede soportar seguir mirándolo, presenciando su vergüenza, así que la cámara se aleja de él y se enfoca en un pasillo vacío, con el sonido distante de su voz, decepcionado.







Scorsese y el director de fotografía Michael Chapman capturan a la ciudad de Nueva York como un infierno en la Tierra, por ejemplo, con la famosa imagen del taxi de Travis atravesando las nubes del vapor que brota de las alcantarillas como si estuviera adentrándose en el mismísimo inframundo. Las noches lluviosas que mojan el taxi y reflejan los colores de los carteles y luces de neón, las calles repletas de basura y de turbios personajes nocturnos, en una Nueva York abandonada por Ford y sumida en la bancarrota. Scorsese y Chapman recurren a dos colores: esa tonalidad verdosa que parece cubrir a la mayor parte de la película, simbolizando la suciedad que repugna a Travis y su propia enfermedad. El otro color es el rojo, que Scorsese ya había utilizado en Mean Streets para simbolizar la depravación, la violencia y el pecado. En Taxi Driver, algunas escenas se ven teñidas de una luz roja y sangrienta, como premonición del  creciente peligro y el camino hacia la perdición de la violencia. Scorsese abandona sus típicos soundtracks repletos de rock and roll, doo wop y música clásica a cambio de las hermosas y melancólicas composiciones del legendario Bernard Herrmann, que se adaptan a los altibajos emocionales de Travis. En Betsy's Theme, la melodía es seductora y romántica, es la añoración de un amor y una conexión imposible, reminiscente de los romances malditos del film noir. En cambio, otras melodías como Assassination Attempt/After the Carnage están llenas de ira y frustración, transmitiendo una sensación de peligro y terror, contando con percusión semejante a tambores militares y ruidos estruendosos.

"El estilo de la película fue influenciado, en mi mente y en la de Marty, por Jean-Luc Godard y su cinematógrafo Raoul Coutard. Gran parte del aspecto de la película se vio definida por el hecho de que no teníamos mucho tiempo ni mucho dinero, entonces no podíamos hacer cosas tradicionales, como iluminar las calles con luces enormes. Teníamos que adaptarnos a la iluminación de Nueva York, lo cual terminó siendo lo correcto. Le agradezco a Dios que no tuviéramos más tiempo ni dinero." -Michael Chapman (5)

ROJO:















VERDE:















Scorsese recurre al método de los ángulos POV (point of view o punto de vista) para que veamos todo a través de los ojos de Travis, sólo desde su punto de vista. Al mantenernos tan cercanos al personaje, Scorsese nos permite e, inclusive, nos obliga a ver el mundo como Travis lo ve y adentrarnos lo más posible en sus pensamientos, lo cual también ocurre gracias a que Scorsese comparte con nosotros los escritos del diario íntimo de Travis. Aunque, de todos modos, nunca llegamos a saber quien es realmente ni de donde viene.







El mundo interno de Travis se torna cada vez más delirante, perdiendo contacto con la realidad
¿Quién es Travis Bickle?
Scorsese suele explorar en varias de sus películas la violencia y los crímenes llevados a cabo por grupos de personas, como los amigos del barrio en Mean Streets o la Mafia en Goodfellas, pero en este caso, la violencia explorada es por parte de un hombre y su falta del sentido de pertenencia a una comunidad, aislado. Travis lleva y trae a un sinfín de individuos en su taxi y cuando camina por las calles de la ciudad, se ve rodeado de multitudes, pero aún así, está solo y desconectado.

Mientras miraba la película, pensando en la relación que se forma entre Travis y Iris (Jodie Foster), se me vino a la cabeza la relación entre Charlie y Johnny Boy en Mean Streets. Iris es una prostituta pre adolescente a la que Travis cree tener que rescatar a toda costa, pero la realidad es que ella en ningún momento le pide ayuda y no se ve a sí misma como una víctima. Teniendo en cuenta que Travis se ve a sí mismo como el futuro salvador de la ciudad, se puede interpretar que él sólo necesita salvar a Iris para consolidarse en dicho rol, como el héroe que limpiará las calles. Es todo parte del plan que alimenta sus delirios. Tras el intento fallido de asesinar a Palantine (Leonard Harris), un senador que se postula como candidato para la presidencia y al cual Betsy apoya como miembro de su equipo de campaña, Travis cree encontrar su próxima "misión" al conocer a Iris: salvarla para cumplir con su fantasía de profeta. Sport, interpretado por Harvey Keitel, es el proxeneta que se encarga de Iris y representa conjuntamente todo lo que Travis repudia.

Como menciona Roger Ebert en su crítica de Taxi Driver, es sabido que Scorsese y Schrader tomaron como inspiración el western The Searchers, dirigido por John Ford, en el cual el héroe, interpretado por John Wayne, se obsesiona con y dedica años de su vida a rescatar a su sobrina, quien puede o no querer ser rescatada. En el primer post de esta retrospectiva de Scorsese, analicé su ópera prima Who's That Knocking At My Door?, en la cual también aparece The Searchers y tiene un simbolismo de gran importancia.








En una de mis escenas favoritas, Scorsese interpreta a un pasajero que se sube al taxi de Travis y le indica que observe la silueta de una mujer en una ventana, asegurando que esa es su esposa engañándolo con un negro (durante algunas escenas, Travis expresa cierta discriminación hacia los negros, pero no es un tema que esté del todo explorado, no hay una razón específica para su racismo) y que la va a asesinar con una Magnum .44. Esta escena es sumamente significativa porque, en mi opinión, el pasajero representa una parte del subconsciente o la imaginación de Travis, su lado más enfermizo y macabro que le da el último empujón para comprarse armas y comenzar a planear el asesinato de Palantine.

Scorsese como el pasajero





En el sitio web Deep Focus Review, Brian Eggert compartió una opinión interesante en la que dice que Scorsese compara el climax de la película con un baño de sangre purificador, en el que Travis se depura a sí mismo y a la ciudad al derramar la sangre de los depravados y criminales. Luego del tiroteo final y de "salvar" a Iris, Travis se apunta a sí mismo y aprieta el gatillo, pero ya no le quedan balas, entonces levanta su mano en forma de pistola y apoya su dedo contra la sien, produciendo con su boca el sonido de tiros. Es como si esos tiros fueron los que purificaron la mente del protagonista y exorcizaron, al menos temporalmente, sus demonios internos.

"Ha habido una gran discusión sobre el final, en el que podemos observar recortes de diario con noticias sobre el "acto heroico" de Travis, y luego vemos a Betsy adentro del taxi, mirándolo con admiración en lugar de asco. ¿Es esta una escena de fantasía? ¿Travis sobrevivió el tiroteo? ¿Estamos presenciando sus últimos pensamientos antes de la muerte? ¿Puede esta escena ser aceptada como la verdad literal? No estoy seguro de que haya respuestas para estas preguntas. La secuencia final se desarrolla como música, no como drama. Contempla la historia de modo emocional, no literal, y no terminamos en una matanza, sino en la redención, que es la meta de muchos personajes de Scorsese. Ellos se detestan a sí mismos y viven en pecado, pero buscan ser perdonados y admirados. Aunque Travis gane ese estatus de héroe en la realidad o sólo en su mente, ese no es el punto: a lo largo de la película, su estado mental ha definido su realidad, y por fin, de un cierto modo, le ha traído una especie de paz." -Roger Ebert (6)

Taxi Driver y el personaje de Travis Bickle son problemáticos, sumidos en conflicto, violentos y aterradores, pero eso es la pura tradición del cine de Scorsese: Johnny Boy en Mean Streets, Travis, Jake LaMotta en Raging Bull, Rupert Pupkin en The King of Comedy, Henry Hill en Goodfellas, Sam Rothstein en Casino, entre otros. En fin, el hombre de Scorsese es una criatura de contradicciones, de personalidad impredecible y errática, corrompidos por una vida de crimen y/o actos de violencia, con sed de poder, dinero y admiración, divididos entre los conflictos que los atormentan y expectantes ante una redención que tal vez jamás les llegará. Scorsese siempre logra mostrar las contradicciones y divisiones de la naturaleza humana al capturar momentos bellos y momentos horribles. Un buen ejemplo ya que estamos analizando Taxi Driver, es la belleza urbana y melancólica de las luces de neón reflejadas en los charcos de las lluvias nocturnas, que, en la realidad, contrastan con la Nueva York de 1976, una ciudad repleta de basura, de edificios quemados y abandonados, de crimen y de furia ante la escalofriante indiferencia de una nación. Después de todo, ¿que tan escalofriante debe ser una realidad en la que Travis se convierte en héroe?, porque aunque esa última escena sea una fantasía o no, todos sabemos que si el taxista hubiera tenido éxito asesinando a Palantine, sería percibido como un criminal, pero al haber matado a un mafioso y un proxeneta, es sumamente probable que hubiera recibido las felicitaciones de una sociedad que no condena la violencia cuando creen que está justificada.

Catherine y Charles Scorsese, siempre presentes en la obra de Marty
Una de mis imágenes favoritas de la película: Travis, un cero a la izquierda, alienado
























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