annie hall


ANNIE HALL (1977)
Dirigida por: Woody Allen
Guión: Woody Allen y Marshall Brickman
Actúan: Woody Allen, Diane Keaton, Tony Roberts, Paul Simon, Carol Kane, Shelley Duvall
Cinematografía: Gordon Willis

Ya había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había visto Annie Hall, hoy decidí que era el momento de volver a disfrutar una de mis películas favoritas. Durante una hora y media, me convertí en la persona más feliz del mundo, ya la he visto varias veces y conozco a los personajes, me acuerdo de los chistes, fue como visitar a un viejo amigo. Lo curioso fue que nunca la había disfrutado tanto como esta vez, quería seleccionar cada escena y guardarla en mi memoria para siempre. 


Alvy Singer (Woody Allen) es un comediante que trabaja haciendo stand-up y escribiendo chistes para televisión. Es idealista, paranoico y va al psicólogo desde hace quince años, aunque no parece ayudarle mucho. Alvy ha estado en dos matrimonios fallidos, pero aún así, sigue dispuesto a conocer mujeres. Y así es como Annie Hall (Diane Keaton) entra en su vida. 


Annie no es como las mujeres neoyorkinas a las que nuestro protagonista está acostumbrado, ella viene de un pueblito en Winsconsin y es parte de una familia que parece salida de un cuadro de Norman Rockwell. Se viste distinto a las demás y tiene un encanto algo peculiar. Canta pero no es cantante, actúa pero no es actriz, le gusta la fotografía pero no se dedica a eso. Es insegura y no se molesta en ocultarlo. 

Desde la primera escena de la película en la que Alvy le habla directamente a la cámara, a nosotros, sabemos que la relación entre él y Annie ha terminado. Después de presentarse y hablar de su infancia en Brooklyn, Alvy recuerda cómo la conoció a Annie, cómo se enamoró de ella y cuáles fueron las razones por las cuales se terminaron separando. Nosotros somos los testigos de esta historia de amor y su eventual final.


La primera etapa de la relación es la más dulce, Annie y Alvy se van conociendo y comparten la mayor parte de su tiempo juntos. Él la acompaña a su primera presentación como cantante en un bar local y la anima cuando las cosas no salen del todo bien, confesando el amor que siente por ella. 

Aunque no sea completamente honesto al respecto, Alvy quiere "educar" a Annie. Le compra libros que él considera profundos, la lleva a ver películas de Bergman y documentales sobre el régimen nazi, la corrige cuando usa expresiones típicas de su pueblo natal, la convence de inscribirse en cursos sobre literatura y filosofía y de hacer psicoanálisis como él. Ahí es donde nace uno de los problemas que aparecen en la relación, ella siente que Alvy la ve como una tonta ignorante que lo necesita como profesor. 


Cuando la pareja empieza a convivir bajo el mismo techo, los problemas crecen. Se pelean constantemente y ya no tienen la química que tenían durante la primera etapa de la relación. De hecho, cuando Annie le cuenta a su psicóloga un sueño que tuvo, ésta le asegura que es una señal de que Alvy la esta asfixiando y debería dejarlo. Se separan por un tiempo y ambos salen con otras personas, aunque no tienen mucho éxito que digamos. 


Hasta que una noche, Annie lo llama. Está angustiada y necesita su ayuda, pero no le dice que es lo que ocurre. Cuando Alvy llega a su departamento, ella le dice que lo llamó porque hay una araña enorme en el baño y no la puede matar debido a su fobia a los insectos. Aunque había dos arañas "del tamaño de un Buick" en el baño de Annie, es evidente que fue una simple excusa para volver a verlo y decirle que lo extraña. 

Ahí es cuando comienza la tercera etapa de la relación, al principio parecen sentirse felices y aseguran que nunca más quieren volver a separarse. Pero cuando se presenta la oportunidad de cambiar su estilo de vida y mudarse a Los Angeles, Annie ya no siente lo mismo. Ella está cansada de su vida en Nueva York, quiere probar cosas nuevas, divertirse y conocer gente. Alvy no soporta la idea de dejar Nueva York, ve a Los Angeles como el epítome de todo lo que desprecia en el mundo, como un lugar artificial que, según él, solamente está limpio porque la gente convierte a la basura en programas de televisión. Nueva York es el único lugar en el que Alvy puede existir y funcionar. 


Alvy es un personaje que en algunas ocasiones se comporta de manera superficial y fría, lo desconocido o nuevo le provoca miedo. También vive lleno de contradicciones: 
  • Dice odiar a los intelectuales (o pseudo intelectuales) que pretenden saber el significado de todo, pero en muchas ocasiones él se comporta de ese modo, por ejemplo, cuando intenta educar a Annie y convertirla en otra intelectual más. 
  • Otro ejemplo podría ser cuando Alvy insiste en que su pareja tome clases, asegurándole que aprenderá mucho, que conocerá a gente interesante y a profesores maravillosos. Annie sigue su sugerencia, pero cuando finalmente conoce a un gran profesor y empieza a disfrutar sus clases, Alvy se pone celoso y le dice que esos cursos no sirven para nada y que los profesores son unos hipócritas.
  • Alvy comienza la película haciendo énfasis en una frase dicha por Groucho Marx: "No quisiera pertenecer a ningún club que me aceptaría a mí como miembro" y explica que así es como describiría sus relaciones. Aún así, cuando Alvy conoce a Annie, se la pasa tratando de que tenga lo mismos gustos y los mismos intereses que él.
  • Alvy habla derrogatoriamente de los programas de television, pero en una de las primeras escenas se lo puede ver como invitado en el talk show de Dick Cavett y, en otra escena, un hombre asegura haberlo visto en el programa de Johnny Carson varias veces.
De todos modos, a pesar de todas esas contradicciones, Alvy es un idealista, tiene muy en claro su filosofía y forma de pensar, al contrario de Annie, quien aún está tratando de definirse a ella misma, de encontrar cuales son sus verdaderos intereses, que cosas la estimulan y su punto de vista.


Annie Hall marcó un momento crucial en la carrera de Allen. Fue la primera vez que se alejó un poco de sus películas anteriores, que eran comedias en la que los personajes se encontraban en situaciones extremas y absurdas y todo era puro chiste. Annie Hall es una comedia fantástica, pero tiene un tono más serio, realista y se enfoca en la relación de los protagonistas. En mi opinión, esta película reúne todos los elementos típicos de las obras de Woody Allen, aún se puede ver el humor de sus primeras películas pero también la introspección y el enfoque en las relaciones humanas de las películas que le siguieron. Hasta él mismo reconoce que fue un paso adelante en su maduración como cineasta. 

Annie Hall es extremadamente entretenida, pero no sólo gracias al inventivo guión de Allen y Brickman, sino además gracias a las distintas técnicas y efectos que se pueden observar a lo largo de la película. Allen se dio el lujo de jugar con las reglas cinematográficas y con los aspectos más tradicionales del cine de las siguientes maneras:
  • Numerosas veces a lo largo de la película, Alvy mira directamente a la cámara y nos habla a nosotros, los espectadores. Nos cuenta cosas, nos muestra cosas y, en algunos casos, hasta nos hace preguntas como si le fuéramos a contestar. 
  • Hay una escena animada en la que aparecen Alvy, Rob y Annie, representada como la reina malvada de los Siete Enanitos. Todos ellos aparecen como dibujitos animados. 
  • Flashbacks y regresiones en el tiempo. Podemos ver la infancia de Alvy, con actores que interpretan a sus padres y a la versión pequeña de él mismo. También hay un flashback sobre las ex parejas de Annie. 
  • El montaje de los momentos felices de la relación, durante la última escena.
  • En un par de escenas podemos observar como la pantalla se divide en dos, por ejemplo, cuando ambos están hablando con sus respectivos psicólogos o cuando Alvy compara a su familia con la de Annie. 
  • Mezcla elementos fantasiosos con la realidad, por ejemplo, la famosa escena en la que aparece Marshall McLuhan o cuando Alvy imagina a qué se terminaron dedicando sus compañeros de la primaria.
  • Una de las primeras conversaciones entre Annie y Alvy. Cada uno dice cosas intelectuales e interesantes con la intención de impresionar al otro, y al mismo tiempo que hablan se pueden leer subtítulos de lo que realmente está pasando por sus cabezas. 

Creo que uno de los factores que hace que Annie Hall sea una película tan fácil de digerir y que tenga éxito como comedia romántica, es la química entre Woody Allen y Diane Keaton, una de mis parejas favoritas del cine. Cada escena que comparten juntos es perfecta y con cada mirada, cada gesto y palabra se nota la amistad que comparten fuera de la pantalla.

No puedo dejar de mencionar las increíbles interpretaciones que todos los actores aportaron, hasta los personajes que aparecen durante cinco minutos se lucen, por ejemplo, los hombres que "forman parte del elenco del Padrino" o las ex esposas de Alvy, entre otros. Obviamente, la actuación a destacar es indiscutiblemente la de Keaton, quien brilla en el papel de Annie, escrito específicamente para ella. La actriz describió a su personaje como una versión más afable de ella misma y la interpreta con muchísima gracia, es un personaje pintoresco y no es difícil para los espectadores entender por qué Alvy se enamora de ella, a pesar de sus defectos. Durante la película, en ningún momento parece que estuviera actuando, su personaje parece completamente genuino y natural. Diane Keaton ganó, merecidamente, el Oscar a mejor actriz por su papel como Annie, y Allen recibió el mismo premio por su impecable dirección. Yo siempre considero las actuaciones de Woody Allen ideales para todos los roles que ha interpretado en sus películas, Alvy incluído, pero aún así tomo más en cuenta su trabajo como director y guionista, como creador de los personajes y los mundos que estos habitan en sus obras. 

Los que no se consideran amantes del cine, probablemente no saben que la cinematografía de Annie Hall estuvo a cargo de uno de los directores de fotografía más legendarios del cine, Gordon Willis (1931 - 2014). Allen trabajó en varias ocasiones con él (Manhattan, Interiors, Zelig, Stardust Memories, Broadway Danny Rose y The Purple Rose of Cairo) y lo considera un maestro muy importante. Willis, quien hasta ese momento había trabajado en películas dramáticas y violentas (El Padrino, El Padrino Parte II y The Parallax View), le aporta calidez y romanticismo a las escenas que la pareja comparte. 

La película también funciona como una cápsula del tiempo, mostrándonos como era la vida en Nueva York, más que nada en el Upper East Side, durante fines de la década del 70. 


En una de las primeras escenas de la película, Alvy dice que siempre tuvo dificultad para distinguir la fantasía de la realidad. Hay gente que cree que Annie Hall es autobiográfica, porque claramente se pueden ver numerosas similitudes entre Alvy y Allen, pero el director ha dicho que no fue concebida como una autobiografía y que, de hecho, se considera muy distinto a su personaje en la vida real. A lo único que admitió  es a haberse inspirado en la relación que él y Keaton habían tenido algunos años antes de la película. Queda en el espectador decidir si Annie Hall es una mezcla de fantasía (Allen) y realidad (Alvy) o no. 

Al final, como mencioné anteriormente, los personajes principales se separan definitivamente, pero el final no es para nada deprimente o pesimista. Al contrario, es positivo y agradable, mostrando que ambos han aprendido del otro y de la relación, y que pueden sentarse a charlar como un par de amigos. Cada personaje estaba intentando encontrar la felicidad o aunque sea el bienestar, y aunque no juntos, pareciera que han sido capaces de encontrar ese balance en sus vidas. 

Para concluir con este rejunte de opiniones, al que no me atrevo a llamar "ensayo" o algo parecido, quiero volver a decir que Annie Hall es una de mis películas favoritas, es una película que me trae alegría y que nunca voy a dejar de recomendar. Es una de las pocas películas que me hacen reír en voz alta, aunque todo depende del sentido del humor de cada uno. Cada vez que la veo, me resulta imposible borrar la sonrisa de mi rostro. 















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