maratón lgbt: the times of harvey milk


The Times of Harvey Milk es un documental dirigido por Rob Epstein, estrenado en el año 1984. En él, Epstein nos invita a conocer a Harvey Milk, un activista de la comunidad gay que se convirtió en el primer hombre abiertamente homosexual en ocupar un cargo político en Estados Unidos. Ese cargo fue como miembro de la Junta de Supervisores de San Francisco, luego de haberse postulado varias veces sin éxito, finalmente logrando la victoria en 1977. Lamentablemente, el futuro prometedor de Milk fue destruido a manos de Dan White, otro miembro de la Junta, que asesinó a Milk y al alcalde George Moscone.

En sus orígenes, antes de la muerte de Milk, The Times of... era un proyecto sobre la Iniciativa Briggs (o Proposición 6), la cual buscaba prohibir que gays y lesbianas pudieran trabajar como profesores en las escuelas públicas del estado de California. Epstein estaba profundamente interesado en la lucha contra semejante homofobia y quería crear un documento histórico y sociocultural sobre el tema. Lógicamente, el proyecto fue centrándose en Milk cada vez más, ya que él era una de las figuras principales de esa lucha. De todos modos, este documental no es una biografía, es un estudio de ciertos acontecimientos ocurridos en los Estados Unidos durante la década del setenta. Harvey Milk es el punto focal porque fue protagonista de dichos acontecimientos, pero no es una película sobre su vida, sino sobre los tiempos en que desarrolló su activismo y carrera política.

El documental empieza con el trágico anuncio de las muertes de Milk y Moscone, proporcionado por una angustiada Dianne Feinstein, la sucesora del alcalde. Lo que sigue son relatos por parte de los que conocieron y trabajaron junto a Harvey, y archivos de entrevistas e imágenes que ayudan a ilustrar mejor la historia. Algunas de las personas que aparecen son Anne Kronenberg, colaboradora y jefa de campaña de Milk, y Tom Ammiano, un activista de la comunidad lgbt que solía trabajar como profesor y se alió con Milk para protestar en contra de la Iniciativa Briggs. En el material de archivo, podemos ver tanto a Moscone y Harvey como a sus opositores, entre ellos la cantante Anita Bryant y el mismo Briggs.


Harvey Milk y alcalde George Moscone
 Epstein le da importancia a no presentar a Milk como un hombre perfecto, a no idealizarlo. Una de las razones por las cuales su participación en la lucha por los derechos de las minorías es tan relevante, es que Harvey era un hombre común y corriente, no un superhéroe. Tuvo una crianza normal, formó parte del ejército y trabajó como banquero en Wall Street, manteniendo su orientación sexual como algo privado. Pero a causa de la latente homofobia e injusticia social, inspirado por los movimientos de protesta surgidos a fines de la década del 60, Milk decidió involucrarse en la política y activismo, para ayudar a lograr lo que él creía justo para sí mismo y para todos. Él tenía una visión de cómo debía ser el mundo y estaba dispuesto a hacerla realidad. Fue alguien digno de admirar que logró producir un gran impacto y cambios fundamentales para el avance de nuestra sociedad. Aún así, debemos recordar que su éxito no fue gracias al trabajo de una sola persona, no hay que olvidar a todos las personas que colaboraron con Milk y que dedicaron sus vidas a las mismas causa, no fue la lucha de un solo hombre. Harvey era el visionario, el que motivó a los demás, el que les dio esperanza cuando más la necesitaban, el los lideró.

Harvey Milk no luchaba por sus intereses, sino por los intereses del resto. Él decidió ser la voz de todas las personas que sentían que nadie los escuchaba, decidió respaldar y defender a las minorías, quienes a cambio lo respaldarían y lo defenderían por igual. Milk, con su encantadora sonrisa y sus discursos elocuentes, logró conseguir el apoyo de jubilados, mujeres, adolescentes, negros, latinos, hippies, trabajadores, no se trataba solamente sobre los homosexuales.

Otro factor importante para tener en cuenta es que Harvey no se convirtió en miembro de la Junta de la noche a la mañana, le llevó años llegar a ocupar ese cargo. Milk perdió tres veces hasta lograr la victoria, pero era lo suficientemente optimista para darse cuenta de que con el correr de cada campaña, mayor era el porcentaje de gente que estaba dispuesta a apoyarlo. Cada vez crecían más las posibilidades, cada vez era menor la oposición. No se trataba de ganar, se trataba de reclutar y de concientizar.



Todo el odio que individuos como Briggs y Anita Bryant emanaban hacia la comunidad lgbt sólo la hizo aún más fuerte, unió más a sus integrantes y los motivó a seguir combatiendo la injusticia y discriminación. Bryant acusaba a los homosexuales de ser el mal disfrazado de algo bueno, lo cual es irónico, ya que considero que esa es una descripción perfecta para ella. Pero, ¿cómo es posible que Harvey Milk, alguien a favor de los derechos humanos de todos los habitantes de este planeta, representara el mal? Es deprimente pensar en la cantidad de logros que Harvey podría haber alcanzado como activista de no haber fallecido a los cuarenta y ocho años de edad, pero debemos tener presente que, aunque Dan White lo borró físicamente, ni él ni nadie logrará borrar el cambio y la revolución que Milk produjo durante los años en los que se dedicó a la política. 

Es doloroso ver la sensación de pérdida, la angustia y el enojo que la comunidad de San Francisco  sintió tras los asesinatos de Milk y Moscone. Es frustrante el hecho de que los problemas, inseguridades y demonios internos de un hombre hayan sido causantes de dos muertes. Es desgarrador presenciar la violencia de las protestas que ocurrieron luego del conocimiento de la ligera sentencia que recibió White (tan sólo cinco años). Pero toda esa violencia y sentimientos desagradables se ven contrastados por un momento de belleza y conmoción absoluta: 30,000 personas marchando por las calles de la ciudad, con velas en sus manos, honrando las vidas de Milk y Moscone. Si lo que Harvey buscaba era reclutar, claramente lo había logrado. Esa noche, nadie se quedó en el closet, nadie se quedó escondido en su casa, todos se pusieron de pie y caminaron, porque sabían que la muerte de Harvey no significaba simplemente la muerte de un hombre, sino la de un movimiento por el cual todos ellos habían peleado.

 Harvey Milk era un hombre con ideales, pasión y esperanza que logró convertir sus visiones y creencias en realidad. En lo que es considerado probablemente su discurso más famoso, Milk insiste en que no tiene sentido vivir si no hay esperanza, que aunque no se puede vivir de ella, tampoco se puede vivir sin ella. Tenemos que tener esperanza, no sólo para inspirarnos a nosotros mismos a seguir adelante, sino para inspirar a todos los demás, en especial a aquellos que creen haberla perdido.




The Times of Harvey Milk fue ganadora del Oscar a mejor documental en 1985 y, hoy en día, forma parte del Registro Nacional de Cine, que preserva películas para que sean conservadas en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. 

Gus Van Sant dirigió una película sobre Harvey, llamada Milk, estrenada en el año 2008. La razón por la cual decidí hablar sobre este documental en vez de Milk fue porque la película de Van Sant le hecha un vistazo mucho más personal a la vida del activista, es material biográfico, y me pareció más adecuado elegir el material con mayor relevancia histórica y sociocultural. De todos modos, pienso que Milk es una gran película, tuve el placer de poder verla más de una vez y se la recomiendo a cualquiera, logra conmoverme casi tanto como The Times of... y la interpretación de Sean Penn es definitivamente lo mejor que ha hecho en toda su carrera. 









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